La acelerada transformación digital no solo significa el desarrollo e integración de nuevas tecnologías, sino que también ha aumentado los riesgos cibernéticos. Cada nueva aplicación, cada dispositivo conectado y cada interacción con inteligencia artificial puede abrir una puerta a ciberataques más complejos y silenciosos. En este escenario, la ciberseguridad inteligente y la resiliencia de datos ya no son opcionales: son una prioridad estratégica para cualquier empresa que busque sobrevivir y competir en 2025 y 2026.