Es incalculable el grado de influencia que el internet ha ejercido en casi todos los aspectos de la vida moderna. A estas alturas, es difícil escapar de su influjo, ya sea en el ámbito laboral y escolar, los productos y servicios, los medios de comunicación, el comercio y consumo, e incluso en las nuevas y cambiantes formas de interacción social.
La red ha crecido desmesuradamente en las últimas décadas. Se prevé que cerca de dos terceras partes de la población mundial tendrán acceso a internet para el año 2023, con 5.3 mil millones de internautas. Se estima que el número de dispositivos conectados a redes IP será más de tres veces mayor que la población global del mismo año: habrá 3.6 dispositivos conectados per cápita.
No suena nada descabellado. Para muestra, basta con echar un vistazo a nuestro entorno más inmediato en casa: en un punto de acceso inalámbrico típico (WAP), es común que convivan los teléfonos móviles de cada miembro de la familia, tabletas, computadoras, televisiones, impresoras, consolas de videojuegos y otros dispositivos electrónicos.
El mundo se transforma a pasos gigantescos que avanzan hacia una dirección bastante clara: al crecimiento de las redes de comunicación propias del internet y a la digitalización de los diversos componentes de la vida humana: los hábitos y costumbres, la cultura, las formas de trabajo, la política, la distribución y el flujo de la información. Es decir, casi toda actividad conocida por la sociedad está siendo trastocada por el internet y las redes informáticas.
Una red informática podría definirse como la conexión de un conjunto de dispositivos físicos —como laptops, equipos de escritorio, servidores, teléfonos inteligentes y tablets—, que comparten información, software, recursos y servicios. A este ecosistema se suma la creciente tendencia del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), que parece tomar un rol cada vez más protagónico en la cotidianidad.
El internet de las cosas es la interconexión de objetos a través de una red, que a su vez pueden estar conectados a internet: televisiones, relojes, refrigeradores, automóviles, bocinas, termostatos y hasta bombillas de luz. Cada vez son más los artículos de uso cotidiano que cuentan con la capacidad de enlazarse a internet. Nike, por ejemplo, puso a la venta en 2019 zapatillas deportivas que se atan por sí solas y pueden ajustarse o aflojarse vía inalámbrica a través de una aplicación para móviles. Sí, casi como en Volver al futuro.
Ahora bien, no todo es color de rosa en el mundo del IoT. La proliferación de objetos con la capacidad de conectarse a la web ha multiplicado los riesgos de brechas de seguridad. Entre las amenazas y problemas más comunes están los asuntos relativos a la privacidad del usuario, el poco rigor de las autorizaciones y generadores de contraseñas, los softwares de protección endebles, así como interfaces de navegación web inseguras, blancos fáciles para la ciberdelincuencia. El imparable crecimiento de este sector obliga a las firmas de seguridad y de antivirus a seguir el ritmo de las nuevas amenazas que surgen día tras día, con la llegada de más objetos con conectividad a internet.
LA NUEVA ESCUELA: EL QUE QUIERA APRENDER, APRENDERÁ
En el rubro educativo, el internet ha empoderado a los estudiantes con un abanico de herramientas que facilitan su aprendizaje e investigación. Los ha convertido en individuos más autónomos, más curiosos. La educación autodidacta es más accesible que nunca: lenguajes, historia, cultura general, tocar un instrumento musical, analizar una obra literaria o utilizar un nuevo software. Las posibilidades son interminables.
Los usuarios aprenden ahora a su propio ritmo y según su muy particular agenda. Cursar un diplomado o una clase a distancia es de lo más común, así como la consulta inmediata de casi cualquier tema que antes era solo posible en una biblioteca o enciclopedia, con las barreras físicas y económicas que eso conlleva.
Hoy día, en el escenario mundial del covid, profesores y millones de estudiantes compensan su ausencia en las aulas con programas de educación remota e iniciativas como Google Classroom y HP Education Solutions. Esta última tiene como lema y objetivo brindar “aprendizaje para todos, en todas partes”, y mejorar la enseñanza de 100 millones de personas para el año 2025. Todo esto, con las normas vigentes de distanciamiento.
ATENCIÓN MÉDICA MÁS EFICAZ Y MEJOR PLANEADA
Otro de los sectores más beneficiados es el de la salud. Al ser los hospitales cuna de nuevas tecnologías y un escaparate constante de estas, es natural que tomaran ventaja la redas aprovecharan para interconectar gran cantidad de dispositivos y sistemas médicos. Desde escáneres de códigos de barras, bombas de infusión, monitores de pulso cardiaco y ultrasonidos, hasta complejos tratamientos de enfermedades y bases de datos de pacientes y trabajadores, así como inventarios de medicamentos que abarcan países enteros. En virtud de lo anterior, ha nacido incluso el término de Internet of Medical Things (IoMT), que no hará sino crecer con la inminente estandarización de las redes 5G.
Entre los beneficios de esta tendencia están la reducción de costos y una infraestructura de atención médica más eficiente y de respuesta más inmediata. Hoy día, en los hospitales tecnológicamente más avanzados, es posible agendar citas sin necesidad de llamar a la oficina de un doctor y esperar a una recepcionista. Ya existen incluso una multitud de aplicaciones para realizar consultas vía remota (telemedicina), que promueven entre la población un papel más activo en el monitoreo y atención de su propia salud.
LA IMPARABLE TRANSFORMACIÓN DIGITAL DE LAS INDUSTRIAS
Los diferentes sectores industriales se han visto alterados de forma dramática. El internet ha derribado muchas barreras geográficas y comunicativas, por lo que pasamos de vivir en un mundo industrial a construir un mundo interconectado. Empresas y organizaciones atraviesan por un proceso de renovación de sus operaciones que tiende hacia lo digital, lo virtual. Con un importante crecimiento en las ventas y transacciones digitales, el comercio electrónico es sin duda uno de los grandes ganadores de esta coyuntura, quizá el mayor.
Los mercados están redefiniéndose, evolucionando. La venta de productos y servicios a través de internet ha disminuido o anulado una serie de obstáculos y fronteras del pasado, tanto para el consumidor como para los comercios. La inmediatez es la consigna: la disponibilidad instantánea de aquello que se adquiere a distancia, desde la comodidad del hogar. Actualmente es común que servicios ofrezcan entregas exprés al día siguiente o incluso en la misma fecha en que se realiza la compra.
En poco más de un lustro, la industria del comercio electrónico a nivel global (e-commerce), ha presentado un crecimiento extraordinario que, de mantener la tendencia, para el siguiente año podría aumentar hasta en un 276%, comparado con 2014. Es decir, las ventas online a nivel mundial podrían generar ganancias de más de 4.8 millones de billones de dólares en 2021, con 2.1 mil millones de compradores de bienes y servicios en todo el mundo.
Pero la cifra seguramente será mucho mayor, ya que las estimaciones referidas fueron elaboradas antes de la pandemia. Y estadísticas recientes indican que el confinamiento por el covid aceleró el comercio electrónico “entre cuatro y seis años”, según reporta Adobe. Esto representa 52 mil millones de dólares más hasta el mes de mayo, y un 77% más en ventas digitales respecto al año pasado. El hábito de comprar a través de una pantalla llegó para quedarse y cada vez son más las personas que lo adoptan.
Por otro lado, ha sido crucial la implementación de los sistemas de posicionamiento global (GPS, por sus siglas en inglés) en la logística y transporte de las diferentes industrias. Desde la optimización de rutas, el consumo de combustible y el monitoreo de la temperatura de ciertos tipos de mercancía, hasta la recuperación de unidades robadas, la prevención de accidentes y la respuesta inmediata ante casos de emergencia. Los procesos son cada vez más precisos y eficientes.
¿QUÉ MÁS SE VISLUMBRA EN LA ERA DEL INTERNET Y LAS REDES CMPUTACIONALES?
Las implicaciones del uso del internet son muchas y de muy diversa índole. La investigación de un equipo compuesto por científicos de diversas universidades del mundo, encontró que el internet es capaz de producir alteraciones importantes en áreas cognitivas específicas del cerebro humano. Esto podría afectar nuestra capacidad de atención, los procesos de memoria y las interacciones sociales.
“Los hallazgos clave de este reporte son que los altos niveles de uso de internet pueden, de hecho, impactar muchas funciones del cerebro. Por ejemplo, el flujo ilimitado de avisos y notificaciones del internet nos impulsa a mantener constantemente una atención dividida, lo que, a cambio, puede disminuir nuestra capacidad de mantener la concentración en una sola tarea”, señaló el Dr. Joseph Firth, investigador senior de la Western Sydney University y líder del proyecto.
“Adicionalmente, el mundo online nos presenta ahora una fuente excepcionalmente amplia y siempre accesible de hechos e información, la cual nunca está más que a unos cuantos deslizamientos de distancia.
“Dado que ahora tenemos la mayoría de la información factual del mundo literalmente en la punta de nuestros dedos, parece haber potencial para cambiar las formas en que almacenamos o incluso evaluamos los hechos y el conocimiento en la sociedad, y en el cerebro”, apunta el investigador.
Aunque sus conclusiones no son definitivas, Firth se mantiene optimista ante los posibles métodos de prevención de estos efectos negativos. Cree que podría reducirse a algo tan simple como asegurarse de que los niños no se pierdan actividades de desarrollo cruciales, como el ejercicio físico y la interacción social. No descarta tampoco el uso de aplicaciones y softwares cuya función es limitar el tiempo de uso del internet, así como el acceso controlado y la restricción de contenidos en smartphones y computadoras.
Si bien las ventajas del internet son demasiadas para enumerar, así como sus efectos derivados, será indispensable tomar consciencia del uso responsable que este demanda. De vital importancia será el aprendizaje específico para su mejor aprovechamiento, pues su presencia es cada vez mayor en todo aspecto de nuestras vidas. No queda otra opción más que tomar pleno control de la web y evitar que dicte o moldee lo que ocurre en nuestra realidad.
Referencias:
Cisco Annual Internet Report (2018–2023) White Paper, Cisco, 9 marzo 2020.
Geoffrey A. Fowler, Nike's Self-Lacing Shoes Are a Lesson in the Internet of Things, Gadgets 360, 15 de marzo 2019.
Andrew Meola, IoT Healthcare in 2020: Companies, devices, use cases and market stats, Business Insider, 13 de febrero 2020.
Medtech and the Internet of Medical Things, Deloitte.
Tim Jewell, The Best Telemedicine Apps of 2020, Healthline, 11 de Agosto 2020.
Fru Kerick, The Growth of Ecommerce, Medium, 13 de Agosto 2019.
John Koetsier, COVID-19 Accelerated E-Commerce Growth ‘4 To 6 Years’, Forbes, 12 de junio 2020.
Ekim Saribardak, Applications of GPS Tracking for Transport and Logistics Businesses, Businessing Magazine, 24 de octubre 2019.
How the Internet May Be Changing the Brain, Technology Networks, 6 de junio 2019.