La última década se ha caracterizado por afianzar el concepto de Industria 4.0 a nivel global. Se trata de un conjunto de procesos en donde se ve involucrada la más alta tecnología aplicada en favor de un cambio de paradigma en las organizaciones.
No existe una receta mágica u homogénea para llegar a la Industria 4.0, ni siquiera cabe pensar que las soluciones tecnológicas que pueden potencializar una compañía tendrán el mismo resultado en una empresa competidora. Cada caso es único para incursionar en esta nueva revolución industrial.
Los requisitos que exige esta nueva forma de producción y trabajo se podrían más bien resumir en características esenciales y conceptos que cada organización materializará de acuerdo con sus herramientas, colaboradores y su cultura laboral.
Sin embargo, lo que sí es una constante, es el impacto inmediato que la adaptación de la Industria 4.0 genera en los ecosistemas laborales.
De acuerdo con Forbes, 35% de las compañías que adapta la Industria 4.0 espera un crecimiento superior al 20% en sus utilidades en los próximos 5 años.
La transformación digital y la inversión en nuevas apuestas tecnológicas repercuten innegablemente en el quehacer de la compañía y en cada uno de los escalafones de la organización. El siguiente es un balance de cómo la infraestructura de la Industria 4.0 se traduce en el devenir de las empresas:
AUTOMATIZACIÓN DE LOS PROCESOS
Acudimos a este punto en primer lugar por tratarse del que tiene mayor peso en la ecuación final.
La automatización de la producción no implica prescindir de los colaboradores, sino alcanzar la especialización de estos, mientras las máquinas y la tecnología se ocupan del proceso de manufactura o del trabajo repetitivo.
Las ventajas se identifican rápidamente. Aunque la inversión es alta en un principio –maquinaria a la medida, robótica, sistemas periféricos en torno al buen funcionamiento de las máquinas principales–, ésta se amortiza en poco tiempo.
Los procesos se vuelven cada vez más baratos, se corrigen errores sobre la marcha sosteniendo un estándar de calidad y se disminuyen las posibilidades de incidentes en el proceso.
ADAPTACIÓN DE NUEVAS TECNOLOGÍAS
La interconectividad entre colaboradores y procesos, así como los reportes de resultados en tiempo real son otra característica esencial de la Industria 4.0.
En las nuevas tecnologías se pueden sumar herramientas de Inteligencia Artificial que, por ejemplo, facilitan el diseño de productos con una funcionalidad probada incluso antes de ser fabricados; el Big Data, que permite contar con una serie de información acumulada que contribuye a la toma de decisiones en tiempo real, o la Impresión 3D, ideal para la creación de prototipos de forma mucho más rápida y sencilla que bajo metodologías convencionales.
HIPERCONECTIVIDAD
El Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) permite que cada elemento de la red de producción se convierta en un ente conectado, desde la maquinaria hasta el cliente.
Bajo un esquema similar, las tareas se simplifican de forma exponencial: se cuenta, por ejemplo, con un reporte al momento del estado de los equipos y del mantenimiento requerido –con ello se puede planear mucho mejor un mantenimiento preventivo y cómo se suplirán las horas máquina cuando se lleve a cabo–.
La productividad se optimiza, naturalmente, pero también se cruzan nuevas metas que no se conocían bajo esquemas tradicionales, como la predictividad de la operación y la alta capacidad de reacción y planeación de los equipos.
COMUNICACIÓN DE DOS VÍAS CON EL CLIENTE
Los beneficios de la Industria 4.0 no se quedan en la organización que los implementa, sino que se extienden a sus clientes.
La hiperconectividad facilita la creación de equipos más efectivos, que pueden incluir al cliente final.
Esto abre la puerta a reconocer las necesidades del consumidor, ofrecer de forma ágil proyectos que cumplan con esos requerimientos (bajo un diseño a la medida) y mantener una relación a mayor plazo, pues ejecutar soluciones se simplifica gracias a la tecnología y a la interacción constante.
EMPRESAS MÁS LIGERAS
En teoría, el ensamble que requiere la Industria 4.0 podría pensarse demasiado extenso como para implementarse en una empresa pequeña o mediana.
Sin embargo, hoy existen soluciones disponibles como el Cloud Computing, que no es otra cosa que la llamada “nube”. Los desarrolladores de estos servicios han logrado que las empresas se olviden de una infraestructura física demasiado compleja, para dar paso a una nueva era en la que los datos y la información se encuentran disponibles y no requieren de un espacio adicional de servidores dentro de la organización.
Aún mejor, estos proveedores se ocupan del mantenimiento y de garantizar la seguridad de la información para que las organizaciones únicamente se preocupen por mantenerse a la vanguardia de su ramo.